Cantar en un coro es una de las experiencias sociales más provechosas y gratificantes. Brinda no solo las sensaciones agradables de unir voces de diferentes rangos, dinámicas, timbres y estilos, sino que también tiene beneficios respiratorios, orgánicos, artísticos y sociales.
No obstante, escuchar música vocal de forma pasiva es una fantástica forma de conocernos a nosotros mismos. Las obras corales tienen una carga espiritual y mística muy fuerte, invitando a la introspección. La desnudez de las voces evocan de manera directa a nuestras emociones, quizás porque reconocemos en ellas el habla, nuestro lenguaje natural.
A continuación, te ofrecemos una selección de obras corales que, sin duda, si las escuchas a solas en un lugar sin distracciones, o directamente a oscuras, te dejarán sin aliento.
¡Esperamos que las disfrutes!
1. Ave Maria (Franz Biebl)
La antífona Ave Maria Marian está inspirada en la música medieval, pero con armonías del siglo XX. Biebl hace uso de un escenario de doble coro para voces masculinas que aprovecha las ricas posibilidades de sonido de la composición de doble coro. Un coro a cuatro voces canta el conocido texto del Ave María, al tiempo que acompaña a un trío de solistas. Cada solista interpreta una breve escritura entre cada uno de los "versos" cantados del texto. El aspecto devoto del texto y los ricos sonidos de acordes de Biebl crean una agradable mezcla del estilo medieval y las armonías modernas.
2. Agnus Dei (Frank Martin)
Otra obra impactante sin lugar a dudas es la misa para doble coro de Frank Martin. Es difícil pensar que esta obra, compuesta en la década de 1920, permaneció en el cajón de Martin durante más de cuatro décadas antes de ser publicada e interpretada en 1963, después de mucha insistencia.
3. When David heard (Eric Whitacre)
Cuando se interpretó por primera vez en 1999, fue una de las obras corales más largas de Whitacre, con una duración de alrededor de 17 minutos. Esta composición se basa de manera interesante en una sola línea de texto de la Biblia King James: II Samuel, 18:33. Esta composición, según Whitacre, es la obra más profundamente emotiva y personal que jamás haya escrito. La pieza se inspiró en un amigo de Whitacre que recientemente había perdido a su hijo adolescente en un accidente automovilístico.
4. Abendlied (Joseph Rheinberger)
Josef Gabriel Rheinberger escribió 'Abendli ed' para un coro mixto a seis voces. Es una de las "Tres Canciones Espirituales". El 9 de marzo de 1855, cuando tenía 15 años, escribió la versión inicial de esta breve pieza coral, que se considera su composición más popular en general, basado en el Evangelio según San Lucas 24,29.
5. Good Night, Dear Heart (Dan Forrest)
Esta increíble obra se basa en un modesto poema escrito por Robert Richardson y puesto en la lápida de la hija de Samuel Clemens (Mark Twain), quien murió cuando ella era joven. La composición es breve y discreta pero poderosa, y es apropiada para cualquier ocasión conmemorativa. A cappella con acompañamiento de piano como opción. Tendrá un efecto profundo en todos los que la escuchen.
¿Qué te han parecido estas preciosas obras? Haznos saber cuál es la pieza coral más conmovedora que hayas oído.