En España hay una gran tradición bandística, que, como ya vimos en el post del origen de las bandas de música, surgió con carácter militar, pero se extendió hacia un uso civil, para el pueblo.
Desde finales del siglo XIX estas agrupaciones enseñaban música de forma gratuita o con un coste simbólico, con el fin de crear una cantera de nuevos músicos para la agrupación. Este hecho supuso un cambio en la formación musical, pues antes solo aquellos que podían viajar a las ciudades grandes para acceder al conservatorio o asistir a clases con un profesor particular. Con las escuelas de las bandas de música, cualquier niño, incluso los pueblos más pequeños, tenía la opción de acceder a una formación musical básica y tocar en la banda.
Hablamos, sin duda, de la semilla de las escuelas de música y los conservatorios. Sin embargo, desde la educación musical de aquellas escuelas primigenias, a la que conocemos hoy en día, ha habido una evolución con cambios muy considerables.
En las escuelas bandísticas originales una sola persona, normalmente el director, formaba a todos los músicos de manera desinteresada, por lo que sus enseñanzas eran bastante rudimentarias y básicas. Lo justo para poder tocar en la banda, donde el resto de músicos de la propia cuerda ayudarían al novato y le formarían de una forma más específica.
En las escuelas de música y los conservatorios actuales, los centros constan de un claustro de profesorado especializado en los diferentes instrumentos y asignaturas que complementan la formación instrumental como coro, lenguaje musical o teóricas más específicas como análisis o armonía.
Quizás entonces te preguntes: si ya he apuntado a mi hijo a una escuela de música, ¿es necesario que vaya a la banda? La respuesta es que obligatorio, no hay nada, pero preferiblemente sí.
En este post te contamos el porqué.
👫 La educación extramusical
En jerga docente distinguimos entre dos vías por las que un individuo puede recibir aprendizaje:
· Educación formal: es la que conocemos como educación obligatoria, la que recibimos desde infantil hasta secundaria y que se hace de manera reglada y planificada.
· Educación informal: es la que se da en entornos cotidianos del día a día, a través de influencias o recursos de nuestro entorno.
Asistir a una banda musical es un fantástico ejemplo de educación informal. La rutina de ensayos y la convivencia con otros músicos cala no solo en aspectos musicales. A continuación veremos algunos ejemplos:
· Referentes cercanos: En agrupaciones musicales como las bandas convergen personas de diferentes edades. El contacto estrecho con adultos hace que estos ejerzan una gran influencia sobre los jóvenes y se acaben convirtiendo en nuevos referentes que sienten muy cercanos y confiables al compartir con ellos la afición por la música.
· Confianza: La sensación al interpretar un solo en la banda es muy similar a la que se tiene al hablar en público frente a un grupo de personas. Te sientes observado (más bien escuchado) y fallar ante todos da vértigo y pavor. Sin embargo, con la práctica, se acaban adquiriendo cualidades muy positivas como el valor, el temple, la seguridad y la confianza en uno mismo.
· Cooperativismo: Durante la pubertad se desarrolla el llamado “egocentrismo adolescente”, en el que el individuo trata de diferenciarse de los demás para encontrar su propio lugar en la sociedad. El hecho de hacer música en conjunto, al igual que hacer deportes de equipo, atenúa este pensamiento y fortalece el comportamiento cooperativo.
· Colectividad: En relación con el punto anterior, el sentimiento de pertenencia a un grupo con quien cooperas para un mismo fin es esencial para construir la identidad y la individualidad de una persona. Sentirnos integrados en un colectivo social nos ayuda a subir nuestra autoestima y a sentirnos valorados socialmente. En una banda se producen unos vínculos muy fuertes entre sus miembros al hacer actividades muy variadas y recurrentes, siempre en pro de la agrupación.
· Patrimonio: Cuando formas parte de la actividad cultural de tu municipio, valoras mucho más el patrimonio, ya que sabes que formas parte de él.
🎼 La educación musical
Por otra parte, tocar en una banda de música refuerza muchos contenidos musicales que no se pueden dar de forma tan natural con la mera asistencia a clases o el ensayo de manera individual.
· Oído: Cuando tocas junto a otros instrumentos debes estar pendiente de toda la “masa sonora” resultante para saber cuándo tocar y cómo hacerlo. Esto refuerza la capacidad y discriminación auditiva, la capacidad rítmica al contar los compases de espera, la atención, la memoria y la expresión musical de una forma que ensayando de manera individual es imposible.
· Disciplina: cuando la práctica semanal se convierte en un hábito, y además va ligado al disfrute, hemos adquirido el difícil hábito de la disciplina prácticamente sin darnos cuenta.
· Cultura musical: Interpretar repertorio nuevo y variado cada cierto tiempo hace que el bagaje musical de los integrantes se amplíe y conozcan de primera mano música de diferentes compositores, épocas, culturas y estilos.
· Lectura musical: Unido al punto anterior, leer nuevo repertorio implica una práctica recurrente de la lectura melódica y rítmica con distintas piezas, de distintos compositores, periodos, estilos, etc.
🤔 ¿Todavía dudas sobre la labor de las bandas de música? Quizás te interesen los 5 beneficios de formar parte de una comunidad musical.
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